Una ruta con historia

Dificultad: Media-Baja

Lugar: Cahecho-Aniezo-Cambarco-Vieda
Duración: 4 horas
Distancia: 12 kms
Desnivel: 140 mts

Una ruta fácil que nos puede llevar cuatro horas, y solo 140 mts. de desnivel positivo y 500 mts. de descenso. Es necesario tener dos coches, pues se parte del pueblo de Luriezo y se acaba cerca de Frama, en el Puente de Vieda.La ruta nos llevará por curiosas ruinas de ermitas, aldeas en las que nacieron importantes personajes de la edad media y una ermita rupestre descubierta por casualidad hace pocos años.

Desde los apartamentos Fuente de Somave en Cahecho, tendremos que desandar por la carretera poco mas de un kilómetro, hasta el pueblo anterior, Luriezo. Nada mas llegar a él, a la izquierda sale una pista acementada que pasa por la cabecera del pueblo y que nos introduce en el monte. Hay marcas blancas y amarillas de sendero de «gran recorrido».

Merece la pena visitar la iglesia,  ya que en su pórtico está embutida una estela gigante cántabra de época romana, de mas de un metro de diámetro. La forma y el tamaño de la estela se corresponde con las estelas cántabras, y aunque los nombres que figuran son indígenas, la lengua es romana

En el "Ansendin"
En el «Ansendin»

Una indicación para saber que no nos hemos perdido es que al poco de salir del pueblo pasamos por el depósito de agua potable que abastece a Luriezo.Tenemos que continuar por esta pista, que asciende cómodamente, apenas un kilómetro. En un giro fuerte a la izquierda la abandonamos. Este es el punto mas alto de la ruta. A partir de ahora solo nos queda llanear e ir bajando. Estamos en unos prados que se llaman «Asendín»,  los tenemos que cruzar en su totalidad. Tendremos que pasar dos portillos de alambres, volviendo a cerrarlos tras pasarlos. El camino nos introduce en un bosque de robles desde el que veremos a nuestra derecha, abajo, el pueblo de Luriezo.

Seguimos andado unos quince minutos y encontramos un antiguo corral de cabras abandonado, hecho con malla metálica. La pista gira fuertemente a nuestra izquierda. Andamos doscientos metros, y a nuestra derecha, en medio de escobas y matorral, encontramos los restos de una ermita, llamada por los lugareños ermita de San Pedro. Se sabe que en tiempos hubo en Luriezo un monasterio bajo la advocación de San Pelayo (¿podría ser este?). Curiosamente este monte se le llama «la capilla». El antiguo edificio es de planta rectangular, 12 x 4 metros, y  está orientado «canónicamente», es decir, hacia el este, como casi todos los que se construyeron en la edad media. Parece intuirse una puerta que se abre hacia el sur. Todo él, al estar construido en una ladera, tiene pequeñas paredes que lo aterrazan.

No sorprende la edificación, lógicamente, sino el lugar. Un sitio tan apartado, aunque eso si, con agua cerca.

Continuamos por la pista en buen estado, y en quince minutos llegamos a «la Junquera», que es una pradería con un invernal (especie de refugio para los ganaderos). En frente tenemos un bonito hayedo. Si bajamos todo el prado desembocaremos en una pista forestal en muy buenas condiciones, que nos llevará hasta el pueblo de Somaniezo.

La Junquera
La Junquera

Bajamos por el pueblo hasta la carretera, y seguimos por ella durante cien metros solamente. Tomamos un camino que sale a nuestra izquierda, que nos conducirá hasta el pueblo de Aniezo.

Dicen que en este pueblo nació Beato de Liébana, famoso por sus comentarios del apocalipsis en la Alta Edad Media, escritos hacia los años 750 d.c.. Al menos así reza una inscripción que hay en la fachada de la iglesia del pueblo,  aunque hay quien defiende que en realidad nació en Toledo y se vino a refugiar a estas montañas. Polémica aparte, lo cierto es que fue una figura religiosa importantísima en esos años y que su obra tuvo una notable influencia.

En el pueblo de Aniezo tenemos el «Parque del Agua», en el que hay reconstruidos un molino de agua y una pisa, que merece la pena visitar.

Continuamos por este parque, y al lado de una casa con la fachada verde, un puente cruza el río y comienza una buena pista, por la que tenemos que seguir, con el río siempre a nuestra derecha. Esta pista cruza prados y bosques de robles. Solamente en un pequeño tramo. Cuando cruza un pinar de repoblación la pista está algo abandonada y con abundante maleza, pero vuelve a ser un corto tramo, pronto volveremos a salir a la pista en buenas condiciones.

Parque del agua (Aniezo)
Parque del agua (Aniezo)

Este último tramo, hasta la ermita rupestre de Cambarco, nos llevará 45 minutos. Cuando veamos el pueblo de Cambarco a nuestra izquierda veremos dos puentes que cruzan el río y que no tenemos que coger. Después del segundo dejamos la pista principal y nos vamos por una que sale llana a la derecha y que nos llevará a la ermita rupestre. Se trata de una construcción excavada aprovechando los estratos. Las paredes han sido forradas con muros de piedra. La planta tiene tres ábsides, con arcos que los separan, dispuestos en forma de trébol. Es una planta de cruz griega de estilo bizantino. Parece ser de finales del siglo VIII o principios de IX. No cabe duda de que es un lugar muy curioso.

Ahora ya solo tenemos que continuar el camino, 45 minutos más hasta llegar al Puente Vieda.

Ermita rupestre de Cambarco
Ermita rupestre de Cambarco
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